En un coloquio en el Quai d'Orsay, de París, el Secretario de Estado expresó el deseo del Papa de "mantener relaciones pacíficas y constructivas entre la Iglesia y el Estado".
El Papa anima a sus miembros a utilizar los recursos económicos en "beneficio de los demás" y les recuerda que el dinero debe usarse para el bien, porque invertir en armas "es una locura".