El obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Frassia, comentó el Evangelio del 33er domingo del año litúrgico, en el que Jesús, hablando de los últimos tiempos, dice que "el cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán". "Todo pasa  -comentó el prelado de Avellaneda-  pero Dios está presente siempre y si Dios está presente siempre, este Dios debe ser nuestra referencia; en quien uno se apoya, en quien uno confía, a quien uno ama entrañablemente".
								
								
								El obispo de Avellaneda-Lanús, 
monseñor Rubén Oscar Frassia, reflexionó sobre el Evangelio del 33er domingo del año litúrgico, en el que Jesús, hablando de los últimos tiempos, dice que "el cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán". "Todo pasa  -comentó el prelado de Avellaneda-  pero Dios está presente siempre y si Dios está presente siempre, este Dios debe ser nuestra referencia; en quien uno se apoya, en quien uno confía, a quien uno sigue y lo ama entrañablemente". 
"A Dios se lo ama, se lo respeta  -prosiguió el obispo-,  pero también se le tiene temor para no ofenderlo, para no dejarlo de lado. Un temor de hijo y no un temor de esclavo. 
"Somos peregrinos y todos venimos de Dios, caminamos con Dios y a Dios regresamos. El peregrino tiene un principio y tiene un fin; estamos siempre contenidos y sostenidos por Dios, por Cristo que es Alfa y Omega, principio y fin de nuestra vida. Y habiendo recibido la vida, todos tendremos que responder en este tiempo que nos toca discurrir, y responsablemente dar cuentas y dar consideración, del don que hemos recibido". 
"Todo pasa, pero Dios está presente siempre y si Dios está presente siempre, este Dios debe ser nuestra referencia; en quien uno se apoya, en quien uno confía, a quien uno sigue y lo ama entrañablemente. No sabemos cuándo, pero nunca estamos preparados; hay que estar preparados para que, en el momento que el Señor nos llame, nos pueda encontrar con las manos llenas y no con las manos vacías". 
Monseñor Frassia dijo por último: "Hermano, prepara el corazón, prepara la mente, prepara las actitudes, prepara las obras y en vida demos todo porque todo lo hemos recibido y no lo mandemos "para más adelante" porque quizás ese más adelante será nunca. Amemos a la gente, amemos a Dios, amemos a la Iglesia, cuidemos la naturaleza y empezaremos a ser mejores peregrinos".+