El Papa: 'Solo florece lo que das libremente'

  • 27 de agosto, 2025
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"La esperanza cristiana no es evasión, sino decisión", afirmó León XIV durante su catequesis semanal, en el Aula Pablo VI, continuando su ciclo de catequesis para el Año Jubilar de la Esperanza.

"En la vida, no es necesario tenerlo todo bajo control. Basta con elegir cada día amar libremente", dijo este miércoles el Santo Padre León XIV en su catequesis semanal celebrada en el Aula Pablo VI. Solo un amor gratuito puede "reconstruir la confianza incluso cuando todo parece perdido".

El punto de partida de las reflexiones del papa León XIV fue la escena bíblica del arresto de Jesús en el Huerto de Getsemaní. "El evangelista Juan, con su habitual profundidad de pensamiento, no nos presenta a un Jesús asustado que huye o se esconde. Al contrario, nos muestra a un hombre libre que da un paso al frente y habla. Que afronta abiertamente la hora en que la luz del amor más grande puede revelarse".


No una víctima sino un dador
Jesús no ignoraba lo que le esperaba tras el arresto. Sin embargo, se mantiene fuerte y no retrocede, sino que se entrega a los guardias. Como señaló el Papa León, este acto no fue obra de debilidad, sino de amor. Un amor pleno, maduro y sin temor al rechazo.

Jesús no es víctima del arresto por dejarse llevar. Es el donante, pues encarna una esperanza de salvación para nuestra humanidad: saber que, incluso en la hora más oscura, se puede permanecer libre para amar hasta el final.

Un verdadero acto de amor
El pontífice destacó un pasaje misterioso del Evangelio: el momento en que Jesús dice: "Yo soy", y los soldados caen al suelo. Es un momento que, en la revelación bíblica, evoca el nombre de Dios: "Yo soy". En ese momento en el huerto, Jesús muestra que Dios está presente precisamente en los momentos en que las personas experimentan injusticia, miedo y soledad. León  XIV explicó que es en momentos como esos cuando "la verdadera luz está lista para brillar sin temor a ser vencida por la oscuridad que avanza".


En la oscuridad de la noche, cuando todo parece desmoronarse, Jesús muestra que la esperanza cristiana no es evasión, sino decisión. El Santo Padre subrayó que esta actitud nace de una profunda oración en la vida, donde "no se le pide a Dios que nos libre del sufrimiento, sino que nos dé la fuerza para perseverar en el amor".

El Papa destacó luego que, durante su arresto, Jesús no se preocupa por sí mismo. Al contrario, se centra en salvar a sus discípulos. Esto revela que su sacrificio es verdaderamente un acto de amor: es llevado para que sus amigos sean liberados.

Toda una vida de preparación
Jesús se había preparado para esta "hora dramática y sublime" durante toda su vida, subrayó el Obispo de Roma, y por eso respondió con valentía. Comprendió que ofrecer la vida por amor no significa fracasar, sino alcanzar la plenitud.

Sin embargo, esto no significa que Jesús no se sintiera angustiado en ese momento que iniciaba su camino hacia la cruz. Pero pudo seguir adelante porque sabía que estaba ofreciendo su vida por amor.

"En esto consiste la verdadera esperanza: no en intentar evitar el dolor, sino en creer que incluso en el corazón del sufrimiento más injusto se esconde la semilla de una nueva vida".

Recurrir a la lógica del Evangelio
¿Cómo se relaciona todo esto con nosotros?, preguntó el Papa En lugar de defender nuestras vidas, planes, seguridades y seguir estando solos, nos insta a recurrir a la lógica del Evangelio. Es decir, "solo lo que se da florece; solo el amor que se hace libre puede restaurar la confianza incluso donde todo parece perdido".

Usando la imagen del joven que, cuando Jesús es arrestado, huye desnudo, el pontífice explicó que también nosotros tenemos momentos en los que, siguiendo a Jesús, nos vemos sorprendidos y tentados a abandonar el camino del Evangelio porque parece imposible amar.

Pero la historia termina con un joven vestido con una túnica blanca anunciando la resurrección, que simboliza la esperanza de nuestra fe. Dios no se ve limitado en su perdón por nuestros pecados y reservas, y es capaz de restaurar en nosotros el deseo de retomar nuestro papel como sus seguidores, capacitándonos para dar la vida por los demás.

El Santo Padre León concluyó su catequesis animando a todos a que nuestra vida sea una respuesta al bien recibido. Si bien no podemos controlarlo todo, basta con elegir amar libremente cada día. Nuestra esperanza es que, incluso en los días más oscuros, el amor de Dios está ahí, sosteniéndonos y madurando el fruto de la vida eterna que nos espera.+