Desde el 24 de febrero, Cáritas Internationalis y la Confederación Cáritas continúan trabajando incansablemente para apoyar a las personas devastadas por la guerra.
El primado greco-católico denunció que tienen la instrucción de asesinar a toda persona que quiera preservar su "identidad nacional como ucraniano" o bien "reeducarla" en un campo de concentración.
"Casi 200 mil niños son privados de la tierra que les corresponde en herencia. Que se convierten en extranjeros, forasteros en tierra extraña", lamentó el arzobispo mayor de Ucrania.
La labor de Cáritas Polonia con los dos millones de ucranianos refugiados es grandiosa. Se hacen 40 mil sándwiches al día y comidas calientes para quienes huyeron de la guerra.