Poner en oración nuestras necesidades y dejarlas en la manos del Señor.
Buscar, con constancia, la santidad
Seguir a Jesús en cada decisión que tomemos.
Pidamos por cristianos perseguidos, para que el Señor los fortalezca en medio de sus tribulaciones y los proteja del peligro.
Ser las manos visibles del Dios invisible.