Rezar por las vocaciones a la vida sacerdotal, religiosa y misionera.
Pedir a Jesús que sane nuestras cegueras espirituales.
Que Jesús sea el cimiento de nuestra vida.
Ante la necesidad del prójimo, entregar nuestros 'siete panes y pocos pescados' para Jesús los haga milagro.
Estar dispuestos a ver y oír lo que el Señor nos pide a diario.