El obispo diocesano se solidarizó con los afectados por el fuego y agradeció a los equipos de emergencia y a los sacerdotes de las zonas afectadas.
Tras concluir la misa en el santuario nacional de Sastín, el Papa regaló al arzobispo de Bratislava un cáliz y al santuario, una rosa de oro, depositada a los pies de la imagen de la Virgen Dolorosa.
El último día del viaje apostólico del pontífice se inicia con una oración junto a los obispos del país en la basílica de los Siete Dolores de la Virgen, donde se venera a la Patrona de Eslovaquia.
El Papa visitó el barrio Lunik IX de Kosice donde viven hacinadas cerca de 4.500 personas de etnia gitana. "Nadie en la Iglesia debe sentirse fuera de lugar o dejado de lado", subrayó el pontífice.