Durante su encuentro con sus hermanos en Budapest, Francisco se refirió a su experiencia durante la dictadura militar y a las denuncias y el juicio posterior sobre su comportamiento.
Tras rezar el Regina Coeli, Francisco recordó la próxima Súplica de Pompeya, exhortando a pedir a la Virgen el don de la paz. Solicitó un aplauso por los nuevos beatos de Uruguay y España.
En el Regina Coeli, el Papa señaló la brújula para llegar al lugar preparado por Dios: amar a Jesús, creer en Él e imitarlo con gestos de cercanía y misericordia hacia los demás.
La audiencia con el Papa en el Vaticano abrió el primer Simposio Internacional de Tenis y Pádel, previsto hasta el 7 de mayo en el Foro Itálico.