Las diócesis se movilizaron rápidamente con redes de solidaridad y asistencia. "La tormenta no acaba con la esperanza", aseguran los voluntarios.
El pontífice también recordó el "grito doloroso" de las víctimas de la guerra y llamó al diálogo.
A más de dos meses de las inundaciones y gracias a una organización y logística rápida, la institución eclesial asistió con donaciones a más de 50 barrios de esta ciudad bonaerense.
"Nos unimos en oración por las personas que están sufriendo a causa de las intensas lluvias registradas", expresaron los obispos a través de un comunicado.