La organización caritativa recibe alimentos, pañales, elementos de limpieza, ropa de abrigo y frazadas, que luego son distribuidos en las comunidades parroquiales más afectadas de la diócesis.
A través de la Limosna Apostólica, Francisco envió a la Nunciatura de Brasil una cantidad equivalentes a más de 500 mil reales.
Sus integrantes elevaron sus oraciones y abogaron por una "solidaridad afectiva y efectiva", que se transforme en acciones de "concientización" sobre los fenómenos climáticos.
El arzobispo de Santa María y presidente de la región Sur 3 de la Conferencia Episcopal Brasilera (CNBB), Mons. Brustolin, comparte su sentimiento ante el empeoramiento de la situación.