La misa fue presidida por el obispo de Gualeguaychú, Mons. Héctor Zordán, quien recordó cómo la Palabra de Dios produjo en el santo "abundante fruto, así como debe producirlo en nosotros".
El arzobispo de Buenos Aires encabezó la fiesta en la parroquia del barrio de Palermo. "Pidamos a san Benito que nos libere del odio, de la bronca, del rencor, de esa famosa grieta", propuso.
Los miembros de la Comisión de Vida Consagrada animaron a los benedictinos a construir "monasterios espirituales" con su testimonio y oración, y a rezar por "la fidelidad y fecundidad vocacional".