Participaron de diversos lugares del sur tucumano, autoridades, familias, catequistas, comunidades y voluntarios. El obispo, Mons. Díaz, los animó a "vivir en alegría y esperanza".
El obispo de Concepción destacó la importancia de la espiritualidad y de la interioridad, frutos de la acción del Espíritu Santo, como respuesta a un mundo que está sediento de Dios.