 
            La Eucaristía fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Daniel Fernández, que en su homilía se dirigió a los monaguillos invitándolos a reflexionar sobre el valor del servicio en el altar.
 
                        Se trató de una jornada "lindísima", que mostró la gran fe de los jujeños y fue la más concurrida en muchos años. El arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, presidió la misa central.