Francisco agradeció al pueblo timorense y partió hacia la cuarta y última etapa del viaje apostólico más extenso de su pontificado, donde permanecerá hasta el viernes 13.
El Papa se encontró con los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y catequistas de ese país asiático, y les pidió "custodiar el Amor con el que el Señor perfumó nuestra vida".
En un videomensaje, Francisco recuerda que "somos uno, de una forma que no somos capaces de entender plenamente; pero lo que sí entendemos es que sólo en esa unidad podemos servir al mundo y sanar".
Un vuelo de unas tres horas y media llevó al Papa Francisco desde Papúa Nueva Guinea a ese país del sudeste asiático de mayoría católica, tercera escala de su viaje apostólico por Asia y Oceanía.