Francisco lamenta el ataque al hospital anglicano y a la iglesia ortodoxa, ubicados en Gaza: "¡Hermanos, deténganse!", exhortó.
Los heridos fueron acogidos en la parroquia católica de la Sagrada Familia, ubicada en la misma ciudad. Así, otras 500 personas se refugiaron en esa iglesia latina.
Las organizaciones de Cáritas condenaron enérgicamente "ataques arbitrarios y deliberados contra civiles y contra infraestructuras civiles y religiosas".
El bombardeo aéreo impactó en uno de los edificios del complejo de la iglesia ortodoxa griega de San Porfirio, donde se refugiaban cristianos desplazados. Reportaron al menos 16 personas muertas.