"En la tormenta que atraviesa Tierra Santa, siento la necesidad de mantener la mirada fija en Jesús", expresó el franciscano al hacer su entrada solemne en la Iglesia de San Salvador de Jerusalén.
La misa solemne fue presidida por el arzobispo maronita de Haifa y de Tierra Santa, Moussa Al-Hajj. Asistieron obispos, sacerdotes, monjes y una multitud de fieles.
"Pedimos un acceso humanitario inmediato y sin restricciones a quienes lo necesitan desesperadamente. Abandonarlos ahora sería abandonar nuestra humanidad compartida", señalan.
Las Iglesias en Jerusalén reafirmaron en conjunto su compromiso con la defensa de sus derechos en la región, y urgieron a las autoridades israelíes a respetar la propiedad eclesiástica.