El arzobispo de Buenos Aires invitó a rezar desde la propia pobreza y necesidad, y animó a mantener encendida la llama de la esperanza. La lectura de una oración conmovedora.
El arzobispo de Buenos Aires planteó la necesidad de escuchar su mensaje y poner en práctica "el mandamiento del amor, a partir de reconocernos hermanos y vivir la fraternidad que tanto anhelamos".
"Tratan de curar no solamente las heridas físicas, sino las heridas del alma a veces ligadas a la injusticia, a la discriminación, al rechazo, a la soledad", destacó el arzobispo de Buenos Aires.
La jornada de encuentro, reflexión y oración fue en la catedral porteña. La misa fue presidida por el arzobispo García Cuerva, quien los animó a no pasar de largo ante el sufrimiento ajeno.