Domingo 3 de agosto de 2025

Mons. Lozano les escribe a los sacerdotes para agradecerles y alentarlos

  • 3 de agosto, 2025
  • San Juan (AICA)
El arzobispo sanjuanino los exhortó a dejarse sorprender nuevamente por la frescura del Evangelio, para contagiar esperanza "en medio de un mundo tantas veces herido, dividido, confundido".
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En ocasión de la fiesta de san Juan María Vianney, patrono de los sacerdotes, el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Jorge Lozano, dirigió una carta a los presbíteros en la que expresa su gratitud, los alienta a renovar la alegría del llamado y los invita a rezar mutuamente.

"Con inmensa gratitud en el corazón me dirijo a ustedes, compañeros de camino y de misión, para renovar juntos la alegría del llamado que un día nos alcanzó y transformó para siempre", comienza el mensaje.

El arzobispo sanjuanino les recuerda que volver al "primer amor" no es nostalgia, sino "fuente que calma la sed de infinito" y reaviva el fuego de la vocación.

En el marco del Año Santo y del Jubileo de los sacerdotes como "Peregrinos de esperanza", el prelado los exhortó a volver "al manantial de la alegría" y dejarse sorprender nuevamente por la frescura del Evangelio, para contagiar esperanza "en medio de un mundo tantas veces herido, dividido, confundido".

Escucha, espiritualidad y misión
Monseñor Lozano subrayó la importancia de pastores atentos a los "signos de los tiempos" y comprometidos con una Iglesia más fraterna y abierta, proponiendo tres claves para custodiar la vocación sacerdotal: escucha, espiritualidad y misión.

En cuanto a la escucha, destacó la necesidad de abrir el corazón a Dios en la oración, a las alegrías y heridas del pueblo, a quienes piensan distinto y al clamor de la tierra.

Sobre la espiritualidad, recordó que "sin oración nos secamos, sin silencio nos dispersamos, sin adoración perdemos el centro".

Y en la misión, exhortó a salir a las periferias geográficas y existenciales, acompañando y sembrando con paciencia.

También pidió cuidarse del "cansancio interior" que enfría los vínculos y apaga el entusiasmo, y cultivar la fraternidad apostólica como "la única forma evangélica de vivir el ministerio".

Agradecimiento profundo
El arzobispo expresó un profundo agradecimiento por la entrega y el servicio cotidiano de los sacerdotes: "Gracias porque los veo delante del sagrario, por visitar a los enfermos, por alentar a los cansados, por acercarnos a Cristo en cada sacramento, por su alegría humilde y cotidiana".

Monseñor Lozano concluyó encomendándolos a la Virgen María, Madre de los sacerdotes, y pidiendo que Jesús Buen Pastor "renueve en nosotros la alegría del Evangelio".+