El Papa mantuvo un encuentro de escucha y diálogo, en la parroquia San José del barrio Trionfale de Roma, con un grupo de unos 60 sacerdotes que llevan más de 40 años desde su ordenación.
El juez argentino Andrés Basso fue recibido en audiencia por el pontífice en el Vaticano. En el encuentro, intercambiaron opiniones sobre el respeto de los derechos y las garantías de la ciudadanía.
Al reunirse con la principal rama de esa Iglesia, dividida por una feroz disputa litúrgica, Francisco subrayó la importancia de la obediencia a las autoridades eclesiásticas.
Lo pidió el Papa Francisco en una carta a quienes participaron de las conmemoraciones en Buenos Aires por los cincuenta años del asesinato del padre Carlos Mugica.