Mons. Lozano: 'La santidad es posible aquí y ahora, en lo pequeño y lo simple'
- 2 de noviembre, 2025
- San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo reflexionó sobre el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, y recordó que todos los cristianos están llamados a la santidad en la vida cotidiana.
En el marco de la celebración de los días de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, reflexionó sobre el sentido cristiano de estas fechas, destacando la esperanza en la resurrección y la comunión entre los creyentes, vivos y fallecidos.
El prelado recordó una anécdota de su ministerio pastoral: "Hace un par de años un niño me preguntó en un colegio: 'Padre, ¿es cierto que los muertos están vivos?'". Según monseñor Lozano, esa pregunta "a su manera, expresaba su fe en la resurrección".
Cada 1 y 2 de noviembre, explicó, la Iglesia celebra respectivamente el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, jornadas que "nos invitan a mirar la vida y la muerte desde la perspectiva de la fe y la esperanza". No se trata solo de recordar el pasado, sino de "abrir nuestras puertas a una experiencia profunda: la santidad cotidiana y la comunión entre todos los fieles, vivos y difuntos".
El arzobispo subrayó que "la santidad no es un privilegio reservado para unos pocos elegidos, sino una vocación que alcanza a todos". Citando al papa Francisco, añadió que "todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo nuestro propio testimonio en las ocupaciones de cada día" (Gaudete et Exsultate, 14).
En esa línea, destacó la figura de "los santos de la puerta de al lado", expresión con la que el Papa alude a "personas comunes y corrientes que, sin grandes gestos ni fama, viven el Evangelio con fidelidad y alegría". Monseñor Lozano invitó a volver a leer la exhortación apostólica Gaudete et exsultate, que profundiza en la santidad vivida en lo cotidiano.
Respecto del significado de estas celebraciones, el arzobispo explicó que el 1 de noviembre la Iglesia "se alegra por quienes han respondido al llamado a ser discípulos misioneros de Jesús", mientras que el 2 de noviembre se recuerda a "los fieles difuntos, aquellos que vivieron su fe en medio de debilidades y limitaciones".
"La comunión de los santos abarca a todos -afirmó-, y nuestra oración por los difuntos expresa el amor que supera la barrera de la muerte, afianzando la esperanza en la resurrección y en la vida eterna".
Apoyado en las palabras de san Pablo, monseñor Lozano recordó: "Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él" (Romanos 6,8). "Para el cristiano, la muerte no es el final, sino el paso hacia la plenitud de la vida", señaló.
El arzobispo también destacó el valor de la oración en estos días: "Al rezar por los difuntos, renovamos la comunión que nos une como familia de Dios, más allá del tiempo y del espacio". Añadió que la Iglesia "es una sola, formada por los que peregrinan en la tierra, los que se purifican y los que ya gozan de la presencia de Dios".
Finalmente, exhortó a los fieles a transitar este tiempo como "peregrinos de la esperanza", confiando en la misericordia divina. "Que estas celebraciones nos animen a vivir con alegría, amor y esperanza, construyendo juntos una comunidad donde todos podamos ser reflejo de la presencia de Dios", concluyó.+
