Ángelus: 'El Reino de Dios no es de los soberbios'

León XIV animó a los fieles, durante el rezo del Ángelus dominical, a reconocer honestamente sus propios errores y así contribuir a la construcción del Reino de Dios.

"No tengamos miedo de admitir nuestros errores, de exponerlos, de asumir la responsabilidad y de confiarlos a la misericordia de Dios", expresó este domingo, el papa León XIV durante el rezo del Ángelus dominical, desde la ventana de su despacho en el Palacio Apostólico. 

El pontífice reflexionó sobre el Evangelio del día, que narra el episodio del fariseo y el publicano, dos hombres que entran al templo con posturas de oración muy diferentes. Uno se jacta de sus méritos, con la cabeza bien alta y con una clara arrogancia, como dijo León; el otro permanece al fondo, cabizbajo, y solo dice unas palabras: "Dios, ten piedad de mí, pecador". Solo el publicano regresa a casa "justificado", como explicó Jesús a sus discípulos.

Este es un mensaje contundente, según explicó el papa León: "No nos salvamos haciendo alarde de nuestros propios méritos ni ocultando nuestras faltas, sino presentándonos honestamente ante Dios y ante los demás, tal como somos, pidiendo perdón y encomendándonos a la gracia del Señor".

"San Agustín -añadió- comparó al fariseo con un paciente que oculta sus heridas al médico, y al publicano, por el contrario, con un enfermo que revela incluso sus heridas más horribles, y así puede sanar.

Errores y responsabilidad
"No tengamos miedo de admitir nuestros errores, de exponerlos, de asumir la responsabilidad y de confiarlos a la misericordia de Dios", concluyó León XIV. 

"Así, su Reino podrá crecer en nosotros y a nuestro alrededor: un Reino que no pertenece a los orgullosos, sino a los humildes, y que se nutre en la oración y en la vida mediante la honestidad, el perdón y la gratitud. Pidamos a María, modelo de santidad, que nos ayude a crecer en estas virtudes".+